Alberto ha dejado a Ana. Ella está deshecha, desamparada, con una sensación de fracaso y soledad inmensa. A pesar de que han quedado como amigos él no responde sus mensajes, llamadas, ni mails. Definitivamente no puede buscar su apoyo.

Poco a poco va superándolo, le va importando cada vez menos si lo han visto por ahí divirtiéndose, si va con alguien. Todavía queda un rinconcito de su alma que se remueve cuando oye su nombre, pero sabe  que no es posible.

Se ha creado una vida nueva, sale con su gente, incluso ha mejorado físicamente porque dedica más tiempo a ella misma. Parece que puede tener otra oportunidad, aquél chico que conoció está por ella, no hay duda. Y a ella también le hace tilín.

De repente un día tiene una llamada del desaparecido, ¡es su ex! Corre  a ver qué quiere, la curiosidad le puede. Quiere quedar para hablar con ella.

Un mar de elucubraciones, dudas y rencores del pasado acuden a su mente. Ni se lo piensa, mañana mismo, como él propone, quedarán.

Esta es una de las situaciones más habituales que se dan con los ex.

Las posibilidades son inmensas, tantas como perfiles de ser humano hay. En este caso mi primera recomendación es ¿porqué correr? NO corras. Relájate y disfruta. Es tú tiempo.

Concédele si así lo deseas un espacio,  pero el día y la hora la decides tú. Tu tiempo es oro, es lo que hay.

Puede ser que el muchacho haya bebido de otras fuentes y, al compararlas contigo, vea lo que perdió en su momento. Cree que todavía puede tener una oportunidad.

Puede suceder que se haya arrepentido de su actitud esquiva y simplemente quiera disculparse.

Muchas veces es el ego, está en una etapa en la que le aburre su entorno y quiere comprobar hasta que punto sigues  “disponible”  para él. Evidentemente volverá a desaparecer a las primeras de cambio.

Sea como sea tú decides.

El interior, la intención del ser humano, se ve con muchísima claridad en el tarot. Por eso, si tienes dudas, no crees lo que te dice, o simplemente, no sabes qué opción es la mejor, consúltalo. En pocos minutos sabrás lo que te espera y podrás decidir con claridad qué hacer.

Por cierto al final Ana escogió darle plantón a Alberto. Tiene sus motivos, además prefiere apostar por un nuevo camino. De paso, porque no, le ha dado una patadita al hinchado ego de Alberto.

(La realidad siempre supera la ficción 😉 ).

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