Enfoquemos el espinoso tema económico desde otra perspectiva. El dinero es una energía con determinada frecuencia vibratoria.  El ser humano es energía capaz de atraer lo que se encuentre en su misma frecuencia. Por lo tanto, ¿dónde está el problema? ¿Por qué no somos capaces de atraer suficiente, o de hacerlo de una manera constante?

Tenemos instalado en nuestro subconsciente unos pensamientos raíz implantados ahí por personas a las que dimos en su día o aún seguimos otorgando a día de hoy una sabiduría mayor que la nuestra. Generalmente ese poder se le otorga a los padres o/y abuelos. Ellos instalan en nosotros lo que, generación tras generación, se ha ido instalando en la mente de todo ser humano: el dinero es algo difícil de conseguir, escasea, si alguien tiene mucho dinero es deshonesto porque lo habrá conseguido por medios ilícitos, para conseguirlo hay que trabajar mucho y con esfuerzo, una vez conseguido hay que vivir con miedo a perderlo, a que te lo roben, “no tenemos”, “no podemos”, “¿crees que el dinero llueve del cielo?”… ¿Quién no ha oído esto alguna vez en su vida?, es más, ¿quién no se lo ha repetido a sus hijos?

Bien, se trata de algo tan fácil que resulta muy difícil justamente por ello, por ser tan básico. Cambiar premisas, cambiar ese pensamiento raíz.

Primero hay que ser consciente de que los logros económicos que nos llegan son única y exclusivamente los que nos permitimos, por eso en nuestras vidas la abundancia y la escasez vienen y van, se acercan y se alejan de nosotros como las mareas del mar.

Una conciencia próspera no está nunca obsesionada por el dinero, lo considera un medio, no un fin. No teme la pérdida porque sólo se enfoca en el camino, no en el final. Disfruta de lo que hace, no le importa invertir en mejorar sus habilidades. Lo más importante, una conciencia de prosperidad se siente merecedora de todos los bienes (amor, salud, dinero).

Una conciencia próspera no teme las facturas, no vive con miedo los pagos, los considera un bien necesario, considera que el Universo le está enviando una muestra de confianza: soy capaz de abarcar esto y mucho más.

La energía que se guarda y no se moviliza se estanca, crea enfermedad, lo mismo pasa con el dinero. Es positivo guardar una parte, aunque se trate de una parte muy pequeña, eso te dará la confianza suficiente para saber que tienes el poder, tu dominas el dinero, no a la inversa.

Por otra parte una conciencia de carencia siempre se basará en el miedo, y, como ya sabemos, atraemos lo que tememos. Si tememos la pérdida, eso obtendremos, si tememos la escasez, eso mismo es lo que nos llegará.

Olvídate de lo que te han enseñado, es difícil pero es la única forma. Crea tu propia conciencia de abundancia. Si te encuentras preocupándote por cuestiones económicas cambia de registro, de frecuencia, seguir ese camino de preocupación constante sólo atraerá a tu vida nuevos motivos de preocupación. El Universo es una fotocopiadora, recibirás lo que envíes, así que mejor enviar pensamientos de abundancia. No se trata de auto engañarse sino de crear un patrón diferente de pensamiento, ¿no es cierto que haciendo lo acostumbrado no has logrado grandes éxitos? Pues probemos otro método.

Os dejo un ejercicio ho’ponopono para limpiar vuestra conciencia acerca del dinero. También podéis usar el “mantra” hopo para desviar vuestros pensamientos negativos.

Imaginarnos a nosotros mismos llenando a tope un vaso con zumo de naranja. Dentro pondremos la identidad del dinero, “mentalmente pongo la identidad del dinero dentro del vaso.”  Después podemos colocar dentro del vaso lleno de zumo cualquier billete de 20, 50, del valor que queramos en la moneda que se use en nuestro país.

Este ejercicio sirve para limpiar las memorias negativas que impiden nuestra solvencia.

Una vez hecho el ejercicio podemos repetir las palabras sanadoras: Lo siento, te amo, perdóname, gracias.

El amor es el pegamento universal, todo lo que impregnes con amor no se alejará de ti, se sentirá atraído, el dinero no es una excepción. Bendícelo cuando lo tengas en tu mano, monedero o cartera e incluso cuando vayas a un cajero automático: te bendigo y te envuelvo con amor, gracias.

Ya me contaréis vuestros avances, pero no olvidéis limpiar lo más a menudo posible, eso abrirá la puerta a todo aquello que tiene que llegar a vuestra vida y que vuestra conciencia está impidiendo.

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